
Tras cinco años de progresivas renuncias a fondos públicos, la iglesia Católica, Apostólica y Romana dejó de ser subvencionada por parte del estado nacional a partir del 1 de enero de 2.024.
“La Conferencia Episcopal Argentina comunica que el último día hábil de diciembre de 2023, concluye, conforme a lo establecido en Asamblea Plenaria e informado a la Secretaría de Culto, el proceso de renuncia de los arzobispos, obispos diocesanos y obispos auxiliares a la asignación mensual prevista en la ley 21.950″ informaron mediante un comunicado oficial de la Conferencia Episcopal Argentina.
Todo había iniciado a principios del mes de noviembre del año 2.018 cuando, en cónclave de las máximas autoridades de la Iglesia en Pilar, la Conferencia Episcopal decidió en sus deliberaciones que marchaba hacia un esquema de “reemplazo gradual” de la subvención estatal a los obispos por un esquema de autosustentabilidad con el fin de tener mayor independencia de los gobiernos.
Según comunicara la Conferencia Episcopal en aquel momento, en la plenaria los obispos “han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado (asignaciones a los obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera) por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común”. Esto se sustenta en el pasaje bíblico de Hechos de los Apóstoles 2,44.
A la vez, la Iglesia decidió en ese momento crear una Comisión Episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia.
De esa manera la iglesia Católica, sumergida en fuertes críticas a la gestión presidencial de ese entonces (gobierno de Mauricio Macri) comenzaba a poner fin al aporte estatal que había sido otorgado en compensación por las propiedades expropiados por el estado argentino, entre ellos grandes instituciones educativas. “No fue la Iglesia Católica la que trató de ser sostenida por el Estado sino que fue el Estado el que tomó posesión de todos los bienes de la Iglesia, el que suprimió las contribuciones con que la Iglesia se sostenía, y que fue el Estado el que creyendo que estaba realizando una reforma liberal, una reforma de alta conveniencia pública, dijo: Tomo a mi cargo el sostén del Culto Católico en este país. Ésta es la verdad histórica” había manifestado el presbiterio Martín Panatti en referencia al eterno cuestionamiento de sectores que, por ignorancia, acusaban a la iglesia por recibir aporte estatal.