
Corrían mediados de la década del ’60, en ese entonces gobernaba la provincia de Santiago del Estero el Dr. Benjamín Manuel Zavalía, quien dejaría su cargo el 27 de junio de 1.966, cuando el estado provincial mandó a expropiar 17.000 hectáreas para construir las colonias de Villa Río Hondo y Tinco, ya que debían dar respuestas a más de 500 personas que tenían que abandonar la zona que sería inundada por una imponente obra, la del dique El Frontal.
Las promesas eran viviendas dignas, sin embargo, los primeros habitantes que se mudaron a Brea Pozo (actualmente Villa Río Hondo) solamente se encontraron con alrededor de un centenar de cobertizos sin paredes.
Pese a ello, la población tuvo que mudarse a ese lugar. El éxodo fue un 23 de marzo; incluso la Escuela Nº 2 “Juan Bautista Alberdi” que inicialmente funcionó en cuatro cobertizos, ya había dado inicio al ciclo lectivo del año 1.966 el día 14 de marzo en Brea Pozo. La directora de ese entonces era la Sra. Sara Jiménez de Arancibia.
Pero ¿Por qué el éxodo es recordado el día 26?
El 26 de marzo de 1.966 es la fecha en que se procedió al traslado en procesión de la imagen de Nuestra Señora del Pilar desde la antigua villa hasta su ubicación actual. Ese día el sacerdote norteamericano John Bradford (de la congregación de los Misioneros de Nuestra Señora de La Salette) encabezó la procesión y posteriormente ofició la santa misa.
Dado a la fe de este pueblo y el significado de la presencia Mariana en sus vidas, es que esta fecha sería finalmente adoptada para recordar esta migración forzada denominada “Éxodo Riohondeño”.
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